domingo, 19 de septiembre de 2010

Alameda de Talca - Fines Siglo XIX.-


Estos burreros fueron padre e hijo tal vez… campesinos de los cerros costinos con cierta seguridad, lo acusan sus vestimentas y su carga: cochayuyo, sacos con sal o carbón de espinos.
En la ciudad aquel día un seceso extraordinario marco sus vidas monótonas y secretas. Sobre el bolón del rio  que toscamente pavimentaba la Alameda de Talca, esa tarde de verano sus figuras se imprimieron para siempre en las emulsiones de plata de las placas de un fotógrafo.
El tiempo inexorablemente pasó llevándose el tranvía a tracción animal que corría atrás de ellos, las veredas y  los edificios cambiaron, ese grupo de gente partieron, pero ellos, esos burreros anónimos aquel día se sintieron inmortales.
…<<Sentado  junto  a la misma piedra, bajo el  mismo  ramaje he vuelto  a soñar la misma vieja historia; he vuelto  hacia el  recuerdo  persistente de las mismas horas>>
Carlos Sander
(Talca, 1918-1966)
Memorias del Maule.-

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